26 de agosto de 2016

LOS DESAFÍOS QUE TENEMOS EN NUESTRA CASA-MUNDO NOS CONVOCAN A EDUCAR PARA EL CUIDADO Y LA SALVAGUARDA DE TODO LO QUE VIVE.


En el colegio Jesús María de Córdoba, Argentina, en el día del Educador Católico, tuvimos la oportunidad de profundizar las Prioridades de Jesús María para estos seis años.
Daniel Emmerich nos ayudó con un momento de reflexión acerca de la tercera prioridad: Un modo de vida comprometido con la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación.
Ha sido una instancia que nos ayudó a "inquietarnos" con este tema, a provocar en nosotros el deseo de desinstalarnos y animarnos a un cambio, repensando nuestro hacer, nuestro modo de vivir, nuestras pequeñas opciones.
Comenzamos con un trabajo en grupo donde pensamos y compartimos hasta qué punto estábamos comprometidos, desde nuestro rol docente y en nuestra vida cotidiana, con lo ecológico.  Luego el expositor nos hizo una presentación, que adjuntamos, donde pudimos ver con realismo, el gran destrozo ecológico que hicimos y estamos haciendo, y como esto, se ha dado, en un plazo tan corto dentro del total de tiempo de existencia de la vida.  La vida existió millones de años antes de que la humanidad surgiera, y nadie la ha destrozado tanto como nosotros. "Nos creemos la frutilla de la torta", nos dijo.  Nos hizo comprender que estamos entramados, que no podemos concebirnos aisladamente, entramados con otros hermanos, entramados con la vida, entramados con la creación. Nos animó a quedarnos con la versión del Génesis 2, donde dice que Dios nos dió la vida y la tierra para "cultivarla y cuidarla", no para "dominarla" (génesis 1). Es un cambio de paradigma. No somos dueños de todo lo creado, somos administradores y cuidadores. Queremos acercarnos a cada cosa creada desde el respeto y la admiración. ¡La vida de la naturaleza y de las personas tiene tanto para enseñarnos!, pero hay que saber escucharla, y sentirnos uno con ella, y sólo sintiéndonos uno, sintiendo el dolor que ella siente, desde la más profunda compasión, podremos comenzar a comprometer nuestras vidas con la Vida.

 También nos dijo "no veremos cambios sustanciales hasta que no nos animemos a cambiar nuestro estilo de vida, no basta con juntar tapitas, y hacer campañas de reciclaje, necesitamos cambiar nuestro modo de vivir." Vivimos acostumbrados a comprar, usar, descartar, siempre ambicionando más y más. Y si nos preguntamos realmente ¿Cuánto necesitamos para vivir dignamente? Nos daremos cuenta de que, dejamos que  muchas cosas se nos vuelvan cada vez más indispensables y necesarias, y empezamos a vivir para tener y a ser lo que tenemos. Esta ambición e individualismo van acrecentando, cada vez más, la injusticia social, donde los que tienen, tienen cada vez más, y los que menos tienen, sufren cada vez más. Si logramos desinstalarnos del individualismo e indiferencia en la que vivimos, y empezamos a mirar hacia alrededor... a los más pobres, a los que más sufren por el derroche de muchos, nos daremos cuenta de que hay muchos hermanos que no viven dignamente, y que es injusto que vayamos persiguiendo sueños de grandeza y éxito personal cuando hay tantos que quedan al borde del camino. El gran enemigo en esta lucha por cuidar y cultivar lo que Dios puso en nuestras manos es el individualismo y el consumismo. Animémonos a dar una respuesta alternativa, buscando generar una cultura de solidaridad, generosidad y encuentro, donde pongamos el corazón en lo que no pasa y no en lo superfluo, donde nuestra ambición esté puesta en amar, y en hacer felices a otros, más que en tener y buscarnos a nosotros mismos. "Hay más felicidad en dar que en recibir"

Francisco dice:"Cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad".

Sugerimos este artículo interesante que habla de este tema: 
http://www.lanacion.com.ar/1814921-terminar-con-la-cultura-del-descarte

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